De refugiado a leyenda: cómo la guerra marcó la infancia de Luka Modrić

Ago 19, 2025 | Croacia Cultural | 0 Comentarios

Antes de levantar una Champions League o recibir un Balón de Oro, Luka Modrić fue solo un nene con una pelota, en medio de una guerra.
Su historia no empieza en un estadio ni en una academia de fútbol, sino en los pasillos de un hotel de refugiados, entre sirenas de ataque y bombardeos.

Hoy, el capitán de la selección croata es un símbolo nacional. Pero para entender por qué, primero hay que mirar hacia atrás. Muy atrás.

Luka Modrić

Foto: Luka Modrić en acción ante Portugal (Croacia vs. Portugal, 2013). Fuente: Wikimedia Commons – CC BY‑SA 3.0.

Una infancia interrumpida por la guerra

Luka nació en 1985 en Zadar, una ciudad costera croata que, a fines de los 80, parecía tranquila. Pero todo cambió en 1991, cuando tenía apenas seis años.
Estalló la Guerra de Independencia de Croacia, y la violencia llegó directo a su puerta.

Su familia vivía en una aldea llamada Modrići, cerca de Zaton Obrovački. Allí también vivía su abuelo, que llevaba el mismo nombre: Luka.
Un día, mientras regresaba del campo, fue asesinado por milicianos serbios cerca de su casa. Ese fue el momento en que la familia entera tuvo que huir, dejando atrás su hogar, sus recuerdos y su tierra.

Modrić ha contado más de una vez cómo ese hecho cambió su vida para siempre. Su infancia, de golpe, se convirtió en un campo de resistencia.

Zadar

Foto: Zadar

La vida en los hoteles de refugiados

Durante varios años, Luka y su familia vivieron en hoteles improvisados como refugios en Zadar. Primero en el Hotel Kolovare, después en el Hotel Iž.
No eran vacaciones. Eran días de racionamiento, miedo y alarmas antiaéreas. Sin embargo, ahí empezó todo.

Como muchos chicos, Luka escapaba de la realidad jugando.
Agarraba una pelota (o algo que hiciera de pelota) y jugaba en los estacionamientos, entre autos destruidos y paredes rotas.
Fue ahí donde los entrenadores locales lo vieron por primera vez. Un pibe flaco, callado, con una técnica que llamaba la atención incluso en medio del caos.

Así comenzó su camino. Sin césped, sin canchas oficiales. Solo con ganas y una historia a cuestas.

refugiados croatas

Un símbolo de resiliencia para Croacia

Con los años, Luka creció y su carrera despegó: Dinamo Zagreb, Tottenham, Real Madrid…
Pero para muchos croatas, su historia representa algo más que fútbol.

Es la imagen de un país que resistió.
Un chico que perdió a su abuelo, que durmió años en camas prestadas, y que aún así nunca dejó de soñar.

En entrevistas, Modrić no reniega del pasado. Al contrario: dice que la guerra lo hizo más fuerte. Le enseñó a luchar, a mantenerse enfocado, a no quejarse.
Y todo eso se nota cada vez que pisa la cancha con la camiseta a cuadros.


🧠 ¿Sabías que…?

  • El nombre del pueblo donde nació su familia, “Modrići”, es también el origen de su apellido.
  • Durante los bombardeos, Zadar quedó sin agua ni electricidad por semanas.
  • En 2018, cuando Croacia llegó a la final del Mundial, muchas personas en el país dijeron que “la historia de Luka representa al pueblo croata entero”.

✍️ Conclusión

Luka Modrić no necesitó un campo de batalla para ser un héroe.
Vivió la guerra desde adentro, como tantos otros croatas. Pero a diferencia de muchos, convirtió su dolor en motor, su pérdida en disciplina, y su historia en un faro para millones.

Hoy, cada vez que levanta un trofeo, lo hace también por ese niño refugiado que fue. Y por todos los que pasaron lo mismo.


🗞️ Fuentes